domingo, 11 de abril de 2010

Relato de unas horas de insomnio


Siempre me he preguntado si todos pasamos por lo mismo cuando no podemos dormir. Suelo preguntármelo cuando estoy despierta a las 2am , dando vueltas sin sentido en mi cama, boca arriba, lado derecho, boca abajo, lado izquierdo, resultando en un enredo de frazadas y colchas. Y mientras en mi cabeza ocurre un debate de neuronas entre aquellas que buscan desesperadamente una solución al problema culpable del desvelo, otras argumentan que se van a quejar con el sindicato por exceso de horas extras a las que se ven forzadas.

TIC TAC TIC TAC, TIC TIC TIC TIC TAC TAC TAC TAC , que difícil conciliar el sueño cuando el reloj cucú parece haber adquirido alguna especie de micrófono interno y resuena por toda la casa, y qué decir del pájaro que sale CUCU CUCU,CUCUUUUCUUU, cada media hora, solo para recordarme que después de todo solo llevo exactamente 30 minutos sin dormir. Me pregunto si decapitar al pajarito de un reloj cucú pude ser tipificado como maltrato a los animales…

Boca arriba, lado derecho, boca abajo, lado izquierdo y vuelta a enredarme en las frazadas, entonces decido que lo mejor es ponerme a leer ese gran libro que hace tanto tiempo tenía ganas de leer pero que nunca tengo tiempo porque siempre se me atraviesan otras actividades que al parecer me atraen más que leer ese libro que siempre quise leer. Retrato de una Dama, escrito por Henry James: Es la hora dedicada a la ceremonia del té de la tarde y sabido es que, en determinadas circunstancias, hay en la vida muy pocas horas que puedan compararse a esa por el agrad y atractivo que ofrece a quienes saben disfrutarla (...)


¿Será que el Sr James, pensaba como escribía? Le ha de haber gustado mucho el té, de plano porque en ese tiempo no había mucho que hacer, ¿A ver en qué año fue escrito el libro? 1881, si pues de plano no había mucho en que entretenerse con razón le gustaba tanto la hora del té. Tal vez por eso el libro es tan gordo, 918 páginas, porque a la larga y como no tenía muchas ocupaciones podía pasarse el día entero escribiendo.

Me pregunto si Henry James habrá tenido problemas para dormir, y estoy segura que leer su libro no lo ha de haber ayudado a él, pues tampoco me está ayudando a mí. Cierro el libro, lado izquierdo, boca abajo, lado derecho, boca arriba. CUCU CUCU canta ese pajarito burlonamente solo para recordarme que son las 3 am.

Me levanto y enciendo la TV, tres, cuatro, cinco, veinte, veinticinco, treinta, cuarenta, cuarenta y tres, cincuenta, cien. Tres cuatro, cinco, veinte, veinticinco, treinta, cuarenta, cuarenta y tres, cincuenta y cien. Me pregunto, si le doy unas diez vueltas a todos los canales existentes ¿aparecerá algo entre la vuelta numero 2 y numero 5? Para responder esta interesante y crucial pregunta, le doy cinco vueltas revisando minuciosamente todos los canales desde los nacionales hasta los de tierras muy lejanas como Corea, y con toda sinceridad les puedo decir que: darle la vuelta a los cien canales existentes con su compañía de cable no hace aparecer ningún programa o película de interés cuando son las 3:15 am. Ni siquiera si se empieza a contar ascendentemente.

Un poco decepcionada de mi descubrimiento sobre las canales y preguntándome si alguna vez volveré a ser una persona felizmente dormida, arreglo las frazadas, acomodo la almohada, decido visitar rápidamente el baño por si las dudas y listo, procedo a colocarme boca abajo, la única posición que no he probado hasta ahora de las otras cuatro combinaciones que no funcionaron anteriormente. CUCu cUCu cuc u . Todo estaba en encontrar la combinación correcta.

viernes, 9 de abril de 2010

La crisis de los 26


Por fin, en menos de un mes he logrado adaptarme a la idea de que tengo 26 años,despues de varios dias escribiendo en formularios, o contestando mi edad incorrecta, logré acostumbrarme a la idea.

Lo duro de llegar a los 26 no es el nùmero a la corta distancia de 4 nùmeros de llegar a los 30, si no el hecho de llegar y voltear hacia atràs y darse cuenta que a lo mejor no se ha hecho exactamente lo que uno soñò.

Y si, lo que pasa es que al dar unos pasos hacia atràs, se puede ver que elegì seguir uno de los caminos mas dificiles y a veces intransitables del ensayo y error.

Es cierto nunca quise ser doctora, ingeniera, arquitecta ni diseñadora, dentista, economista o administradora,o toda la lista de carreras que me fueron presentadas cuando con solo 18 años tenia que decidir el resto de mi vida.

Varios años e intentos fallidos de carreras universitarias después, llegué a los 26, eso si sin carrera universitaria y sin una idea clara de que quiero ser en la vida.

Yo no voy a cuestionar las reglas que se deben seguir para llegar a ser alguien, yo no voy a cuestionar la educaciòn universitaria, ni el camino hacie el exito.

He decidido sin embargo cuestionar mi camino, he decidido cuestionar todas aquellas ideas con las que crecì, pensando que mi vida seria de tal o tal otra forma. He decidido enfrentarme a las ideas preestabelcidas sobre lo que debe ser la vida, una buena vida.

Hoy se que es bueno seguir ciertas reglas para que el camino sea mas fàcil, que a veces es mejor no siempre luchar contra la corriente, porque la corriente a veces es mas fuerte que uno, y que no importa las deciciones que uno tome, al final todo tiene soluciòn, y que como dice el dicho popular, nunca es tarde para hacer algo.

Y con estas pocas respuestas de las muchas preguntas que aun siguen sin contestarse, seguiré mi camino, tomando ciertos retornos para hacer cosas que debì haber hecho hace mucho tiempo, para reparar uno que otro bache, para que al seguir por la carretera, sea mas fàcil, y pueda disfrutar los paisajes de la vida.