martes, 19 de octubre de 2010

Lista de vida


Desde hace años tengo una lista de vida, en la que me gusta escribir que cosas quisiera hacer, ver, leer o conocer antes de llegar a cierta edad. Cuando jovencita, me decía a mi misma que antes de casarme, según yo en esa época una se casaba entre los 20 y 25, pues que antes de llegar a esos temidos 25 yo quería: vivir sola, vivir en Francia, ir a Paris, vivir en Francia, aprender hablar por lo menos 7 idiomas y tener un perro.
Tengo que admitir que no me fue tan mal, antes de siquiera haber cumplido los 25 hice la mayor parte de todas las cosas en mi lista, salvo aprender hablar 7 idiomas, aunque llegué a dominar el inglés y pasé dos años en clases de alemán. Y aunque aun sigo esperando por mi perro, tengo que admitir que me siento muy orgullosa de haber logrado realizar mis sueños de “juventud”.
Tengo 26 y una nueva lista, porque el hecho de que haya logrado realizar algunos sueños no quiere decir que deba dejar de soñar, ahora mi lista es mas ambiciosa, demasiado ambiciosa creo, pero también incluye otros aspectos, en los que me demuestro a mi misma que poco a poco voy madurando, voy desarrollando cierta capacidad de mejorarme a mi misma, de irme conociendo y de comprender cuales son las cosas importantes en la vida.
Pequeñas cosas como leer ciertos libros, que me hagan crecer y desarrollarme para ser una mejor persona, entendernos un poco mas como seres humanos, y que mi cuerpo se llene con todo lo que la vida tiene para ofrecer, disfrutar al máximo el pedacito de tiempo que me ha tocado vivir.
Como he dicho, mi nueva lista es mucho mas ambiciosa, ya no tengo limite de tiempo para llevarla a cabo, es un tiempo indeterminado, porque ahora mi mundo esta mucho mas abierto, mas lleno de posibilidades. Ahora mi vida ya no gira en torno a mi, ahora hay un ser humano que ha entrado en mi espacio y tiempo, y parte de crecer es dar y recibir, pasar a delante y dejar pasar a la otra persona, entonces ahora mi lista está escrita con lápiz, para poder borrar y agregar aquellas cosas que nos permitan compartir nuestras vidas sin dejar de ser felices por eso.

miércoles, 13 de octubre de 2010

Chile y sus mineros


Hace dos meses un grupo de 33 de mineros chilenos quedaron atrapados a 700 metros bajo tierra, por varios días no se supo nada, si estaba vivos o muertos, pero el país se dedicó a buscarlos aunque existía la posibilidad que todos hubieran perecido al colapsar la mina. Sin embargo los encontraron a todos vivos y sanos, pasaron los primeros días prácticamente sin comida ni agua, sin saber si los estaban buscando o no.
Durante estos dos meses, mucha gente se dedicó a ayudarlos a sobrellevar los días de encierro y de desesperación al estar tantos en un espacio tan pequeño, húmedo y caliente. ¿Quién no se volvería loco al saber que bajo hay piedra y más piedra y hacia arriba igual y no hay forma de escapar? Mientras el equipo de rescate se organizaba arriba, los mineros fueron “entretenidos” dándoles tareas que llevar al cabo para que colaboraran en su propio rescate, al mismo tiempo se les mandaba comida, bebidas, se les acondiciono un retroproyector para que vieran el football, tenían acceso a cámaras para grabar lo que sucedía y una vez por semana se comunicaban con sus familias de la misma manera.
Parecía sacado de una película de ficción en donde se decide encerrar a un grupo de personas en un espacio limitado y poco contacto con el exterior en unas condiciones precarias para ver cual sería el final, que harían estas personas al pasar los días.
Tengo que confesar que mi fe en la raza humana esta un poco debilitada, al ver tanta maldad y crueldad con la que nos tratamos los unos a los otros, pero al oír las historias de los mineros, de la unión que mantuvieron, de la amistad que formaron, y de cómo la solidaridad los ayudó a salir adelante durante todo este tiempo, me pongo a pensar que tal vez todavía hay cierta esperanza, que no todos estamos podridos por dentro.
Me imagino que dentro de la mina, durante todo este tiempo, no todo fue perfecto, pero la preocupación que tenían los unos por los otros, nos hace ver que aun si hubo problemas, prevaleció la humanidad de estos mineros, y eso es muy alentador.
Que gran labor la que hizo el pueblo chileno, el gobierno y todos los involucrados, que organización , hoy cuando me vaya a dormir, me voy con una sonrisa en la cara, sabiendo que de vez en cuando historias tan importantes como estas tienen un final súper feliz.