lunes, 17 de mayo de 2010

Miedo

Alguna vez se han puesto a pensar, a que le tienen miedo realmente? Yo siempre pensé que le tenia miedo a las cucarachas, hasta me acuerdo haber escrito una breve historia sobre como en mi cabeza estos insectos representan un peligro desmesurado comparado con su tamaño. Tambien le tengo respeto ( por no decir miedo) a los gallos debido a un encuentro poco amistoso que tuve con uno cuando apenas contaba con tan solo 5 años. Siento un asco que no puedo controlar cuando veo una Rata, y a veces me pregunto quién llega a ser màs histérico, el roedor o yo? quien pego de gritos como si el animal me fuera a entender.

Y como todos los seres humanos, algunos publicamente otros en secreto, tengo una lista de cosas que me dan un poco de miedo, un miedo moderado y mucho miedo. Pero hasta hace algunos meses me consideraba valiente, no porque tenga super fuerza o porque yo sola pueda derrotar algun malhechor con los únicos tres movimientos de Tae Kwon Do que sé. Simplemente pensaba que tenia un buen dominio de mi misma, y un buen control de mis emociones para no dejar que estas me controlaran.

Y resulta que no, que cuando uno cree que tiene el miedo bajo control, simplemente significa que lo que hicimos, fue hacer que todo aquello que nos provocaba ese miedo desapareciera. Pesticidas anti instectos, veneno para ratas, mantenerse alejado de los gallos etc, pero el miedo esta alli latente, esperando salir a la primera oportunidad.

Yo acabo de redescrubrir un miedo de mi infancia, que ni siquiera me acuerdo haber tenido, y me conviene decir que es un miedo de mi niñez porque entonces seria una verdadera verguenza admitir que es un miedo recien adquirido. Le tengo miedo a la oscuridad.

LÓGICAMENTE, no es en si al que esté oscuro lo que me de miedo, si no el hecho de no poder ver. Qué cosas no se esconderán en la ausencia de luz, y cómo defenderse de algun potencial peligro si no lo vemos venir. Ah verdad que poniéndolo de esta forma ya suena racional mi miedo?

El miedo es un sentimiento sumamente curioso, porque si no sintieramos miedo, hariamos muchas cosas sin pensarlas, el miedo algunas veces nos mantiene vivos, le debemos ciertas palabras de agradecimiento : Miedo, gracias por ayudarme a no cometer tonterías, por presentarte en momentos en los que sin ti, a lo mejor no estaría aqui el día de hoy.
Nos creeríamos invencibles,inmortales, y por demás está decir que no lo somos.

Pero detesto sentir miedo iracional,sentir cuando mi corazon se acelera al punto de estallar, y desconozco el sonido de mis propios pasos, y mis sentidos doblemente alertas hacen que cualquier movimiento se vuelva un monstruo de tres cabezas asechandome bajo el manto de la oscuridad.

El miedo me ha vuelto paranoica, lo que nunca supe, fue hasta que punto esa paranoia me imepdiria vivir y dormir. Las pesadillas que nacen de los ruidos exteriores y las convierte en un cuento de terror me acechan por las noches. Esas noches largas en lo que lo único que espero es la luz del día porque cuando hay luz es más fácil defenderse contra todo lo existente e imaginario.

Y mientras la noche vuelve a caer lentamente para torturarme, me recuerdo de aquellos días felices en donde un gallo regordete me correteaba por todo el patio y yo gritaba por ayuda, pensando que no habia nada peor que un gallo enojado.

Y ustedes saben a que le tienen realmente miedo ?

lunes, 10 de mayo de 2010

Mi promesa


El duelo no siempre se lleva por fuera, a veces, seis años después, aùn llevamos dentro de nosotros la tristeza de perder a alguien.

Apenas unos meses antes de que se cumpliera nuestro sueño mas anhelado que era empezar la universidad, cuando ,mi amigo inseparable, se empezò a consumir por un càncer, y yo me empezé a consumir por la tristeza.Esos son los momentos dònde nos damos cuenta de lo pequeñitos que somos y de lo grande que es la vida. En un momento estamos sentados en la playa disfrutando el sol, la arena y derepente una gran ola se deja venir sobre nosotros y no podemos hacer màs que correr, sabiendo igual que nos va a golpear.

Siempre pensé que él por ser tan especial, iba a ganar la batalla que se le presentaba y después seria sòlo un mal recuerdo, del que hablarìamos cuando nos juntaramos a almorzar los domingos. Pero él, como siempre supo todo, sabia que era una mentira piadosa,una falsa esperanza para mantenernos en pie durante los ùltimos momentos.

Lo sabia el ùltimo dìa que lo vi en aquella cama de hospital, cuando dentro de mi, pensaba que toda nuestra historia juntos se iba a resumir a ese momento exacto en donde nos despediamos para nunca volvernos a ver. Como no podia irse sin dejar instrucciones precisas sobre lo que tenia que hacer, y como yo no podia vivir mi vida sin seguir sus instrucciones, me indicò exactamente còmo debia de vivir de allì en adelante. Pero sobre todo, me hizo prometer que iba a disfrutar mi vida, que iba hacer todas aquellas cosas que durante las horas del recreo en el colegio comiendo nuestros panes con queso,dijimos que ibamos a ser, cuando fueramos adultos, cuando vivieramos la vida.

Yo me quedé, viviendo esta vida donde él ya no estaria mas. Y asi ha pasado el tiempo y yo he cumplido mi promesa, he vivido, estoy viviendo y seguiré viviendo hasta el fin.

Y su lugar sigue vacio junto al mio, a veces me siento a ver la pelicula de nuestra vida, de mi vida, y de la vida que hubieramos tenido juntos, y se que él esta a mi lado,sin decir una palabra simplemente acompañandome como en los viejos tiempos,talvez burlandose o haciendo alguna de sus tantas bromas, o talvés quisiera seguir diciendome como hacer las cosas, porque si algo sé es que si él estuviera aqui, seguiria siendo la misma persona especial que fue siempre, y yo seguiria admirandolo como lo hice siempre.

Porque después de todo, el tiempo pasa, uno se vuelve viejo, vive su vida,cosecha logros, fracasos, historias, amores, tristezas, pero el corazòn no olvida a ese amigo que lo era todo, que lo es todo y que siempre està en nuestra mente en los dias mas felices de nuestra vida.

lunes, 3 de mayo de 2010

Mi verano tiene sabor a ...




Mi verano sabe a granizada de pepita, sal y limón, el hielo derritiéndose en la boca , mientras el intenso sol de medio día se divierte jugando con el color de nuestra piel, y las gotas de sudor resbalan por nuestra frente en una carrera frenética antes de estrellarse en nuestra ropa. Y que delicia sentir el hielo, mientras flashazos de recuerdos y sensaciones de nuestra niñez nos invaden, y es inevitable sonreír ante esta sensación de extraña felicidad.
Mi verano está lleno de brizas intermitentes, que vienen y van al antojo del viento, después de dar una vuelta por todo antigua, a veces lento, otras rápido, y yo siempre esperándolo sentir por toda mi piel, para burlarme un ratito del sol, y mientras mi pelo flota sobre mi cabeza, miro frente a mí la figura imponente de Agua, que decidió protegerse también de los inclementes rayos solares, colocándose una nube como sombrero.
Y por las tardes, cuando el sol se despide de mi, y el viento empieza a correr por toda la cuidad, levantando las hojas y el polvo de los días, y mientras los pájaros regresan a sus árboles y empiezan su cantar un tanto histérico, mis tardes saben a atol de elote y arroz con leche, que tienen el sabor del saber hacer del pasado, que se niega a irse y se incrusta en nuestras vida, discretamente, pero permanentemente para no irse jamás.
Y a lo lejos, los primeros truenos y rayos, se dejan ver sobre las lejanas montañas, se dejan ver y escuchar, recordándome que se acercan las lluvias de mayo, y con ellas los sompopos, y el olor a tierra húmeda, arboles que reverdecen, y el repicar de las gotas en los techos de lamina.
Mi verano se va despidiendo lentamente, poco a poco, para que no lo extrañe tanto, así como se oculta el sol despacito para que no nos invada la tristeza y apreciemos la luna, así se despide el verano para que lo espere hasta el año siguiente y las gotas de lluvia sepan como gotitas de felicidad que can sobre mi piel.