miércoles, 30 de marzo de 2011

Guia de adaptacion: la filosofia de los taxistas

Subirme a un taxi aquí, es más que una aventura, es una experiencia agotadora pues requiere de un conocimiento profundo de la geografía singapurense, de las diferentes lenguas que se hablan aquí, 4 en total; estar al tanto de la actualidad en bienes raíces y una comunicación constante con el ministerio de vías públicas. Al igual que un control de los puntos que representan un problema de tráfico a las horas pico, entonces y solo entonces tal vez sea buena idea subirse a un taxi.

Para empezar rara vez los taxistas hablan inglés, y yo rara vez hablo chino, tamul, malayo, o singlish, entonces si ellos no me entienden y yo no los entiendo, estamos lejos de llegar algún lado. Pero lo más importante a saber es que es TU culpa el no hablar el idioma adecuado, y no la culpa de ellos de no hablar el idioma oficial del país que es el inglés, algo así como a mi amiga inglesa que tuvo derecho a un reclamo sobre porque no hablaba BIEN el inglés de parte de uno de nuestros queridos taxistas que no sabía hablar inglés.

Otro problema recurrente es que la mayoría no conoce bien la cuidad, lo que resulta irónico cuando se trabaja como chofer de taxi, y por alguna extraña razón, el ser extranjero, para ellos no es válido como excusa para no saber cómo llegar al destino final. Entonces si ustedes quieren ir a Tompson Lane, no saben cómo llegar ya empezaron mal, no importa que ustedes aclaren que es la primera vez que se dirigen a ese lugar. La mayoría sufre de un grave problema existencial, si ellos no conocen la calle, la calle no existe.

Es aquí donde un conocimiento básico en psicología no está de más, para convencer al sujeto en cuestión que solo porque la calle sea nueva, y aún no aparezca en los mapas, eso no quiere decir que no existe, sobre todo si ustedes conocen a gente de carne y hueso que vive allí, y que con eso debería de ser suficiente para probar que Thompson Lane si existe, y que esto no es como los fantasmas que hasta no ver no creer.
Entonces puede suceder dos cosas, la más común es que debido a que no le queda de otra el chofer mire un mapa de la cuidad y siga necio conque no existe Thompson Lane, solo porque el mapa aún no ha sido actualizado y entonces entren en una discusión filosófica sobre la existencia real de las cosas aunque no las conozcan y nunca las hayan visto, y la otra es que lleguen al acuerdo de que los deje en algún lugar cercano a donde se dirigen y de allí en adelante si ustedes siguen creyendo en Santa Claus y en la existencia de Thompson Lane ¡allá ustedes!

¿Y quién dice que no estoy aprendiendo nada?

2 comentarios:

Anónimo dijo...

JAJAJAJJAJAJAJAJAAA!!!!!!!!!!

Se me hace que debieras escribir mas seguido, esta genial esas ocurrencias!

Me parece simpática la puntada de la chica inglesa.

A todo esto, lograste llegar a Thompson Lane?

ha’ dijo...

Creo que nunca me ha costado tanto llegar a un lugar como me costo llegar a Thompson Lane, tuve varios intentos fallidos y "altercados" menores con algunos de los adorables taxistas, pero al final, puedo decir con orgullo que he dominado el arte de llegar a tiempo a Thompson Lane