sábado, 28 de mayo de 2011

La busqueda de los frijoles negros

¿Qué será que entre menos accesible es algo, más lo deseamos, lo buscamos en donde sea, y a veces nos agarra la desesperación por no tener lo que tanto queremos?

Así me encuentro yo, en la búsqueda de: LOS DELICIOSOS FRIJOLES NEGROS.

Los frijoles negros son y serán siempre mi comida preferida, los como desde que tengo edad de comerlos, los puedo comer en el desayuno, con un buen churrasco y por supuesto no pueden faltar en la cena. ¿Qué cena, es realmente una cena sin frijolitos volteados con crema?

Al principio uno llega al nuevo país con la vaga esperanza de que tal vez en algún lugar uno va a encontrar una latita de frijoles, como una forma de mecanismo de adaptación, si uno cree que va a encontrar frijoles negros, todo va a estar bien.

Entonces cada vez que uno va al supermercado, pasa atentamente revisión en el pasillo de latas de conserva, lentamente, que no se nos vaya a pasar por alto alguna lata de frijoles escondida por allí. Después de pasar una primera decepción, todavía queda el pasillo de comidas internacionales.

En ese pasillo hay una pequeña luz que se enciende, la luz que nos guía hacia la comida mexicana, generalmente allí se encuentra una pequeña variante de nuestros frijolitos negros, frijoles colorados volteados. Pero ¡NO! Aún es demasiado pronto para darse por vencida, en algún lugar tiene que haber una lata de frijoles negros.

Entonces la búsqueda se vuelve más exhaustiva, detallada, buscando lugares que vendan comida internacional por internet, yendo a las tiendas en los lugares más recónditos y lejanos, que es un poco exagerar aquí, ningún detalle es pasado por alto, con tal de encontrar la codiciada comida.
Y un día sucede el milagro, en uno de esos lugares improbables, en esos días en que se ha casi abandonado la búsqueda, cuando uno menos se lo espera, encuentra uno: una lata de frijoles negros parados ¡Alegría!

Pero como aquellas cosas preciosas, no abundan, y la búsqueda debe continuar, y a veces uno se resigna y se va al pasillo de comida internacional y se compra una, dos y hasta tres latas de frijoles colorados, como un premio de consolación, para sentirnos menos lejos de los que queremos. Esperando que uno de estos días, nos volvamos a tropezar con otra lata de frijolitos negros.

Y si creen que soy exagerada, a ver vayan a decirle a un asiático que ya no coma más arroz, y luego volvemos hablar.

1 comentario:

Rod Tejada R dijo...

No exagerás... ni una pizca.

Yo compré una bolsa de 5 libras de Maseca porque andaba ansioso de comer tortillas chapinas, no mexicanas...

Mi descepción ha sido q ninguna de las sartenes baratas que tengo las hace de comal y mis "tortillas" siempre terminaron pegadas.

Ya me pasó lo de los frijoles dos veces. Afortunadamente mi papá, que tuvo que vivir fuera también, me dijo que buscara frijoles en polvo. Nunca los ví pero él si los encontró y me compró 4 paquetes. Los he atesorado y me quedan dos.

Y olvidate, a un asiatico le da un infarto antes de no comer arroz!!

FELICIDADES POR LAS LATITAS DE FRIJOLES!!!!! =D